Blog independiente sobre vida consciente

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Otoñar

La memoria ya no recuerda el momento en que creímos que el ser humano no formaba parte de la naturaleza y que podía escapar de su inexorable ritmo.

Lentamente, recuperando la sabiduría ancestral y reconectando con nuestros cuerpos, nos damos cuenta de que también nosotros estamos regidos por los ritmos naturales. Lo creamos o no, lo queramos o no.

El equinoccio de otoño, psicológicamente, es un momento en que las energías femenina (introspectiva, receptiva e intuitiva) y masculina (extrovertida, activa y lógica) del ser, presentes en toda persona, independientemente de su sexo, se igualan, así como lo hacen el día y la noche. Pero a medida que avanzamos hacia el solsticio de invierno, la oscuridad va tomando protagonismo y así, en nuestra psique, la necesidad de bajar el ritmo, ir hacia dentro y afinar nuestra intuición.

Luchar contra esta necesidad básica del ser puede acarrear trastornos y sufrimiento innecesario como tristeza, agotamiento, depresión y ansiedad y cuyo ejemplo más típico es la clásica tristeza de otoño que muchas personas experimentan o, lo que llamamos clínicamente, trastorno afectivo estacional.

Es por ello que se vuelve fundamental luchar a contracorriente de lo que la sociedad actual nos inculca: fomentar una primavera/verano sin fin, dentro y fuera de nosotros y así, el mismo nivel de productividad y extroversión durante todo el año, desmereciendo las cualidades de lo femenino: el cultivo del mundo interior, la riqueza del silencio, la pasividad y la receptividad, castrando así la posibilidad real de crear una vida plena.

El otoño nos brinda la oportunidad de dejar ir todo lo que ya no necesitamos, tal y como los árboles dejan caer sus hojas que sirven de abono para el suelo y constituye un paso necesario para rebrotar más sano y fuerte en primavera. De la misma manera soltar todo el lastre emocional, relaciones, hábitos, situaciones y compromisos que ya no están en sintonía con nosotros, favorecerá una posibilidad mayor de crear una brillante vitalidad, proyectos, relaciones, situaciones y compromisos que estén más en sintonía con las verdaderas necesidades del ser.

Soltar no siempre es fácil. La tendencia natural del ser humano es aferrarse por miedo a la pérdida, a no tener, a la escasez y al error. Es por eso que necesitamos urgentemente conectar con la confianza en la vida y con la verdad de que siempre hay más, ¡mucho más!

Así como no estás temerosa de exhalar porque sabes que siempre hay más oxígeno para ti y que la vida se encarga de ofrecértelo. ¿Por qué habría de ser diferente con todo lo demás?

Puedes recuperar la confianza en la vida y en que no existe el error. La misma fuerza que hace crecer la hierba, migrar a los pájaros y desprender sus hojas a los árboles, te gobierna. Recuerda, en tu interior tú sabes cuando ha llegado tu momento de otoñar. Confía, exhala, descansa, deja partir. El momento es ahora.

Si sabes que ha llegado el momento de soltar algo y no consigues dar el paso, yo puedo acompañarte en tu proceso. PINCHA AQUÍ

Con amor, Patricia

Patricia Paizal

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