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Un verano aromático

Un verano aromático

Gracias por pararte a leer estas palabras. Bienvenido a esta sección que prometo: será muy aromática. Soy Magdalena, naturópata y aromatóloga, y desde aquí te iré compartiendo trucos, reflexiones y mis experiencias cotidianas y terapéuticas con la aromaterapia.

Cada estación del año tiene sus particularidades y requiere atender nuestra salud de forma acorde. Aromaterapia nos brinda maravillosas herramientas para sostenernos en equilibrio en cada momento. Por aquí, en el hemisferio norte, estamos en pleno verano, tenemos un verano aromático, por lo que te propongo revisar tu botiquín e incorporar en él los aceites esenciales, macerados e hidrolatos más adecuados para esta época estival.

Por si no te suenan las palabras que acabo de utilizar y a modo recordativo: la principal herramienta de la aromaterapia son los aceites esenciales. Son productos obtenidos a partir de materia prima vegetal, ya sea por destilación con agua o vapor, o desde el epicarpio de los cítricos mediante un proceso mecánico, o por destilación seca.

También utilizamos extractos al CO2. Son muy aromáticos, volátiles, tremendamente concentrados, y muy importante: liposolubles – no se disuelven en agua, sino en grasa. Por eso, para una buena práctica de aromaterapia, es fundamental conocer lo que llamamos: aceites “portadores” o “vehículos”. Se trata de aceites vegetales. El que más conocemos por estas tierras del sur de España es nuestro maravilloso aceite de oliva. A poco que adentres en el mundo de la herbolaria o fito- aroma- terapia, verás que los aceites vegetales nos sirven también como solventes para la maceración de plantas: tal vez te suena el oleato de hipérico o de caléndula.

La tercera palabra que utilicé: hidrolatos, se refiere a una solución en agua resultante de la destilación, normalmente por arrastre de vapor, de materia orgánica, generalmente vegetal. Históricamente se ha usado este término para denominar a las aguas medicinales o esenciales, concretamente “aguas florales”. Sin embargo, no es del todo correcto ya que el hidrosol o hidrolato no solo procede de las flores, sino también de hojas, cortezas, semillas… El hidrolato contiene moléculas hidrosolubles de la materia destilada – aquellas que el agua puede sostener por su peso molecular. Es importante que sepas, que no es una versión diluida de un aceite esencial: reconozco que hay mucha confusión al respecto. La hirolatorerapia es un área relativamente poco conocida dentro de la aromaterapia y por otro lado: en pleno auge. Se merece un artículo aparte…

Volvamos a nuestro botiquín esencial. Te comparto algunos aceites esenciales con sus posibles aplicaciones, que desde mi experiencia no pueden faltar en tu botiquín por estas fechas:

Espliego macho (Lavandula spica): quemaduras, picaduras de insectos (avispas, escorpiones, incluso medusas), mordeduras de serpientes, arañas…etc. micosis, dolor de cabeza y otros dolores (sobre todo inflamatorios); se puede usar puro en la piel y es apto para niños a partir de 2 años, mujeres embarazadas a partir del 4º mes y lactantes (vía externa).

Eucalipto citriodora (Eucalyptus citriodora): repelente de insectos, picaduras de mosquitos, tendinitis, problemas de articulaciones; se puede usar puntualmente puro en la piel pero es preferible en dilución; apto para niños a partir de 2 años, mujeres embarazadas a partir del 4º mes y lactantes (vía externa).

Menta de campo (Mentha arvensis): dolor de cabeza, indigestión, sensación de embotamiento, efecto refrescante; es preferible diluirlo siempre y no se debe de usar en zonas extendidas del cuerpo; es apto para mujeres embarazadas a partir del 4º mes y lactantes (vía externa), pero no se recomienda para niños.

Lavanda (Lavandula angustifolia): todo un clásico que tiene un lugar privilegiado en mi botiquín independiente de la época del año; uno de los mejores aceites esenciales para mimarse, calmar las emociones, relajar la mente y el cuerpo y un largo etcétera… y además no tiene contradicciones en dosis recomendadas.

Además de los aceites esenciales, en este verano aromático siempre tengo a mano gel de aloe vera, el oleato de caléndula e hipérico (cuidado: es fotosensibilizante – no lo uses si vas a salir al sol) y el aceite vegetal de coco. Y en cuanto a hidrolatos: por supuesto el de lavanda, el de espliego, el de rosas y el de menta. Además, por mi momento personal de menopausia, también en el de salvia. Pero de esto hablaremos otro día.

¡Feliz verano aromático!

Si tienes preguntas, estaré feliz de contestarte. Escríbeme a: aromaterapiaevolutiva@gmail.com

MAGDALENA SZASZKIEWICZ

Naturópata y Aromatóloga. Un verano aromático

Lee otros artículos de Magdalena Szaszkiewicz https://madretierraonline.com/viaje-aromatico-a-la-sanacion

@AROMATERAPIAEVOLUTIVA

2 comentarios en “Un verano aromático”

  1. Pingback: Un paseo mentolado

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