Danzar con la Vida. Reunirnos en torno a la celebración como forma de revolución amorosa. Vivimos en tiempos de cambio, de transformación planetaria y una de las claves es la adaptabilidad para fluir con lo nuevo y navegar a través de la tormenta, convirtiendo pruebas en oportunidades.
¿Cuándo fue la última vez que compartiste tiempo de calidad, reíste, danzaste y conectaste de verdad con otras personas?
Nos enredamos con listas de cosas por hacer, “deberías” y la rutina de cada día, añadiendo ciertas circunstancias derivadas del momento actual que estamos viviendo, pueden hacernos olvidar de recargar, nutrirnos y alimentar nuestra parte mas íntima y personal.
Imagina que vas en kayak por un río. Este río lleva muy poco flujo de agua. Es fácil golpearse contra las piedras, avanzar se hace duro y dificultoso. En cambio, cuando el río está lleno, el fluir se hace fácil y divertido. El agua de ese río es nuestra energía vital creativa, nuestra energía sexual, lo que nos da la sensación de alegría y motivación, y es necesaria para afrontar y resolver las situaciones.
Nuestra capacidad de resolución y decisión es proporcional a nuestro estado general de vitalidad y salud.
¿Como podemos mejorar nuestro estado general!?
Danzar con la vida es una de las claves de la “Consciencia Femenina”. Experimentar a través de nuestro cuerpo el disfrute en ambientes saludables, sanar en contacto con esa parte que celebra y evoca la belleza de la vida, nos ayuda a acoger las partes que nos cuesta integrar de nosotras mismas. Esas sombras complejas y necesarias para el aprendizaje que a veces son meras repeticiones o automatismos.
TIPS»
AGUA FRÍA. Si despertaste con una nube sobre tu cabeza, el agua fría te ayuda a cortar patrones mentales repetitivos.
BAILAR. Tres canciones bastan para cambiar nuestra frecuencia vibratoria y enfocar el día desde otro estado completamente diferente. Canciones alegres que nos enraícen. Mover caderas despierta nuestra energía vital, ayudan a soltar bloqueos o estados pesados anclados en nuestra postura física.
RITUALES. Aromas y plantas en nuestra rutina diaria son espacios donde poder sembrar nuestra semilla vital y regarla cada día con voluntad y amor.
DISFRUTE. Es el impulso para crear la vida deseada. Poner nuestra atención para encontrarlo en las pequeñas acciones del día es un arte. Nos alinea con esa parte de nosotras mismas que está sana, que se divierte y devuelve a la vida la consciencia de que estamos en una experiencia sagrada.
INTEGRAR. Personas con las que compartimos visión y podemos hablar de forma abierta y sincera, son vitales para nutrirnos y ser quien realmente somos.
La psiconeuroinmunología nos da la base más científica. Somos un todo, en el que se interrelacionan: nuestra parte mental (estructuras mentales, pensamientos) de la que derivan nuestros comportamientos, nuestra parte emocional (respuesta neuroquímica al medio interno y externo), y la parte física, nuestro cuerpo.
Nuestro sistema inmune se renueva, restaurando nuestro cuerpo físico cada vez que nos bañamos en la neuroquímica sanadora (serotonina, dopamina y oxitocina) que secretamos cuando realizamos actividades placenteras.
La CELEBRACIÓN era el centro de la comunidad en las culturas ancestrales, especialmente la danza en celebraciones femeninas. La alegría honrando la vida es el principio que teje una vida sana y con sentido.
Cuando nacen del corazón, estas experiencias pueden tener un efecto inmensamente transformador.
