El cuerpo humano es asombroso en su funcionamiento y resulta interesante destacar en estos días los mecanismos destinados a mantenernos saludables. Uno de los principios de la osteopatía, es que el cuerpo tiene la capacidad de autocuración. Exactamente, nuestro cuerpo es capaz de eliminar agentes patógenos y curar enfermedades por sí mismo. Es por ello que el creador de la osteopatía A.T. Still dijo: “find it, fix it, and leave it alone”, refiriéndose a que el osteópata debe encontrar la lesión que produce los síntomas, solucionarla, y luego dejar que el cuerpo se encargue de curarlo por sí mismo. Y así sucede en la práctica cotidiana.
El estado de salud es una búsqueda constante de equilibrio, es un proceso dinámico permanente en el cual no existe un solo día de nuestras vidas en el que nuestro organismo descanse de hacer ajustes para conservarnos sanos. En todo momento está realizando pequeñas modificaciones involuntarias (en ocasiones grandes modificaciones) para mantener el estado de salud; es lo que llamamos mecanismos homeostáticos, o lo que es lo mismo, mecanismos que tienden a conservar la salud en equilibrio.
En las acciones homeostáticas tiene un papel preponderante el sistema nervioso autónomo o vegetativo, con sus dos divisiones: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático, los cuales deben trabajar en forma equilibrada para mantenernos vivos y sanos. En estos tiempos, es muy frecuente una activación tan grande del sistema nervioso simpático que no es posible de compensar con la actividad parasimpática, lo que nos deja muy expuestos a desarrollar enfermedades.
Ahora bien, si existe un mecanismo de autocuración, ¿por qué nos enfermamos?
Según José Luis Pérez Batlle “no tendríamos que esforzarnos tanto en erradicar la enfermedad sino en ayudar al mecanismo humano”. Cuando el cuerpo se encuentra sano, en equilibrio, es capaz de lidiar con los distintos agentes agresores que se le presentan cotidianamente sin enfermar. Estos agresores o amenazas para la salud pueden ser de origen físico, químico, psicológico, emocional, disfunciones viscerales, etc.
No nos enfermamos ante la presencia de todo agente potencialmente peligroso para nuestra salud; nos enfermamos cuando nuestro cuerpo se vuelve un terreno vulnerable a los patógenos. Y eso ocurre cuando se presentan factores estresantes de tipo estructural, psicoemocional, cuando los fluidos (sangre, linfa, líquido cefalorraquídeo) no llegan a los tejidos de forma adecuada, y cuando se presentan alteraciones de la movilidad visceral o del sistema cráneo sacro.
A través de la osteopatía nos encargamos de evaluar y tratar aquellas alteraciones que impiden la capacidad de autocuración, para que luego el organismo haga su gran parte. El beneficio que tenemos con el tratamiento osteopático es el enfoque global que posee, y que no actuamos únicamente cuando nuestros pacientes presentan síntomas, disfunciones o enfermedades, sino que trabajamos de manera preventiva anticipándonos a la presentación de los síntomas. Cuando podemos trabajar anticipadamente, el foco está puesto en encontrar y resolver la causa que podría generar alteraciones y enfermar a nuestros pacientes.
En el tratamiento de cada paciente tenemos como objetivo eliminar los factores que lo hacen vulnerable liberando aquellos bloqueos o restricciones estructurales, viscerales o craneales que pudieran interferir con la capacidad de autocuración. Eso nos permite mantener sus niveles de salud y elevar su calidad de vida. Porque no solo se trata de vivir muchos años, pretendemos para nuestros pacientes, la mejor calidad de vida posible.
Leonel Díaz Coria
Fisioterapeuta Osteópata
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