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Un paseo mentolado

¿Frescor en verano? ¡Si! Gracias a las mentas

No me imagino un verano sin tomar una rica agua fresquita, servida con una rodajita de limón y unas hojitas de menta… ¿O hierbabuena? A lo mejor te has preguntado porque en el titulo hablo en plural: ¿mentas? Es que este humilde y popular género de plantas herbáceas, perteneciente a la familia lamiáceas, engloba ¡hasta 30 especies distintas! No cabe duda de que hablamos de plantas aromáticas muy conocidas y utilizadas en cualquier cocina. Y por supuesto también en aromaterapia.

Hace poco, en uno de los talleres presenciales de olfacción consciente que realizo en Málaga en el marco de los “Jueves Aromáticos” en la sede de la Escuela Andalusí propuse una “cata aromática de mentas”. Fue muy interesante ver la cara de sorpresa de los participantes cuando descubrían los diferentes matices de cada uno de los aceites esenciales que olíamos. Ojalá pudieras olerlos tú también… Mientras tanto, te cuento lo que descubrimos.

El primero que olimos, el mejor conocido y el más popular, fue el aceite esencial de menta piperita (Menta x piperita). La piperita es una planta híbrida: surgió como cruce espontáneo entre la Mentha aquatica y la Mentha spicata.

Seguro que la conoces por sus propiedades digestivas. Su aceite esencial es particularmente eficaz para aliviar los dolores de cabeza, sobre todo, los que surgen a raíz de esas digestiones pesadas. A nivel emocional podemos pensar en este aceite esencial cuando no se ha “digerido” una situación o una emoción. Por otro lado, su aroma estimula la mente, aclara las ideas y favorece la concentración. También es muy útil para aliviar la sensación de picores en la piel, por lo que forma parte de muchas fórmulas aromáticas “calmantes”.

Otro aroma muy familiar, y que durante la cata aromática evoco más de una sonrisa y conexión con momentos de la niñez, es el aroma de la hierbabuena (Mentha spicata). Como todos los aceites esenciales de mentas, este también es estimulante, aporta vitalidad y despeja la mente. Favorece la concentración y es especialmente útil durante los resfriados ya que alivia la congestión nasal.

La olfacción de la conocida como menta bergamota (Menta citrata) fue toda una sorpresa. Tres veces tuve que afirmar que sí, que se trataba de una menta y no de un cítrico. Es cierto que, aun tratándose de una menta, su composición bioquímica rica en linalol y con muy pocas trazas del característico mentol, la distingue entre sus hermanas. Eso por supuesto se nota en su aroma. Las propiedades terapéuticas del aceite esencial de la menta bergamota se acercan más a las del aceite de lavanda: se recomienda en todo lo relacionado con los desequilibrios del sistema nervioso. Ayuda mucho en casos de tristeza, ansiedad e incluso depresión.

Quizás el que más gustó “olfativamente”, fue el aceite esencial de la menta de campo (Mentha arvensis). Sus propiedades son muy parecidas a las de la menta piperita. Y ¿Por qué gustó más? Quizás porque es más rica en mentol, por lo que huele más “a menta”.

Terminamos la cata con la olfacción de un aceite esencial que traje para el propósito de la exploración olfativa, pero que no te recomiendo para tu aromateca. Se trata de la menta poleo (Mentha pulegium). En infusión puedes tomarla sin problema (siempre que no abuses, claro), pero el aceite esencial contiene alto porcentaje de una molécula de la familia de las cetonas, la pulegona, que es altamente neurotóxica. Se desaconseja por completo su uso en aromaterapia. Curiosamente, el aroma de este aceite esencial es el que menos gustó y hubo quien lo describió como “agresivo”.

Espero que estés disfrutando de este paseo mentolado: solo nombrar las mentas y parece que el ambiente refresca.

Recuerda que la mejor manera de utilizar los aceites esenciales y aprovechar todas sus propiedades, es a través de la vía olfativa. Puedes simplemente abrir el bote, respirar tranquilamente, y disfrutar del aroma. O puedes poner unas gotas de tu menta favorita en el difusor (otro día te hablaré de los mejores difusores para aprovechar todos los beneficios de los aceites esenciales).

También puedes preparar una “bruma refrescante” añadiendo además un poco de esencia de limón: la combinación de aroma de menta y limón es muy agradable. No olvides que para realizar la “bruma” necesitarás algún solubilizante además de agua. Una receta simple podría ser: 2% de los aceites esenciales, 20% de alcohol de 96º, lo mezclas muy bien, y rellenas tu bote con agua purificada. Eso sí: tendrás que agitarlo antes de cada uso, porque el alcohol, aunque ayuda disolver el aceite esencial, no es un solubilizante “perfecto”.

Nunca eches ni una gota de ninguno de los aceites esenciales de las mentas directamente sobre tu piel: previamente diluye el aceite esencial en un aceite vegetal, o alguna crema/gel portador. Los porcentajes de dilución dependerán de varios factores: para que lo utilizarás, si lo usarás localmente en todo el cuerpo, durante cuánto tiempo, que edad tienes, etc.

Tampoco eches aceite esencial en agua para beber – los aceites esenciales son liposolubles y no se disuelven en el agua. Para este propósito, hazte con una macetita, y usa las hojas frescas.

Una muy buena idea para mantente fresquito en verano, es hacerte con un hidrolato de menta: puedes pulverizarlo directamente sobre la piel y disfrutar de una sensación muy agradable.

Recuerda, que tienes que tener en cuenta ciertas precauciones a la hora de usar los aceites esenciales e hidrolatos: antes de usarlos en casos de embarazo/lactancia, niños menores de 6 años, personas mayores y en casos de enfermedades, infórmate bien o consulta a un profesional. Te dejo un enlace con algunas pautas básicas si quieres empezar a practicar la “aromaterapia responsable”:  https://formacion.escuelandalusi.es/aromaterapia_introduccion

Que tengas un feliz -y fresquito- verano aromático.

Si tienes preguntas, estaré feliz de contestarte. Escríbeme a: aromaterapiaevolutiva@gmail.com

MAGDALENA SZASZKIEWICZ

Naturópata y Aromatóloga

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Escuela Andalusí. Los jueves aromáticos

https://formacion.escuelandalusi.es/losjuevesaromaticos

1 comentario en “Un paseo mentolado”

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