La ganancia a través de la pérdida. Poco estamos acostumbrados en nuestra sociedad a la pérdida, a la devastación y a la muerte. Sin embargo, como seguro ya sabes, forma parte de la vida y, además, es lo que fertiliza tu psique profunda, permitiendo que lo nuevo pueda emerger en su forma más depurada y perfecta.
Todos hemos vivido pérdidas graves: sierras que quedan calcinadas (algo que nos toca a todos en la actualidad), seres queridos que fallecen, amores de los que toca despedirse, el trabajo que cuidaste con dedicación y que ya no te llena más… Sin embargo, una parte de nosotros se resiste: repuebla los bosques, supera rápido la pérdida, busca otra pareja, encuentra tu propósito de vida… Poco espacio queda para lamentar la pérdida, para hacer el duelo y honrar con nuestro tiempo el espacio que tan bellamente ocupaba aquello en nuestras vidas.
El problema es que mientras sigamos resistiéndonos a la pérdida, queriendo pasar por encima y de puntillas sobre esta experiencia tan humana, jamás obtendremos la ganancia que nos aguarda detrás: más sabiduría, sentido, propósito, comprensión y plenitud; ¡más vida!
Tampoco se trata de mirar indefinidamente a la muerte, de sumergirnos en la oscuridad y de negar el milagro de la vida sino, más bien, de respetar los tiempos que existen para todo en esta existencia.
A continuación te comparto una serie de pautas para que vivas las pequeñas y las grandes pérdidas del día a día y de tu vida en general:
- Permítete sentir lo que estás sintiendo: si estás triste, enojado, apático, nostálgico… Hazle un espacio consciente permitiendo que la emoción se exprese en tu cuerpo. Date tiempo para sentirla en profundidad. Notarás que la intensidad va bajando paulatinamente.
- No luches para sentirte de otra manera: tratar de apresurar el proceso y estar feliz, despreocupado y entusiasmado por lo nuevo, seguramente no tiene cabida en etapas tempranas de la pérdida. La máxima en este momento debería ser: “Es como es”.
- Busca qué podrías aprender/ganar con esta experiencia. Por ejemplo, tras la devastación de nuestra querida Sierra de Mijas, quizás sea hora de aprender a apreciar la belleza de lo negro, de lo vacío, de la muerte que alberga una vida latente, pero aun invisible. Enseñanza, por cierto, que puedes aplicar también a tu vida personal y mundo interior.
- Agradece de corazón la presencia de aquello que fue en tu vida y de todo lo bueno que te trajo.
- Acompaña tu pérdida con un bello ritual para que tu mente subconsciente comprenda la nueva situación y te sea más fácil procesarla. Por ejemplo, puedes ir a la montaña y colocar unas flores en algún lugar que sea especial para ti, lanzar un rezo o un canto o simplemente, llorar tu pérdida.
En definitiva, la vida tiene cosas preciosas para enseñarnos, pero también la muerte las tiene. Quizás debamos ir más allá de las apariencias, dejar de eludir el tenebroso rostro de Ella y abrirnos a escuchar su mensaje para finalmente entender que la vida y la muerte son una sola y misma cosa.
Me encantaría acompañarte en tu proceso.
Con amor,
Patricia
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