Lo primero que sucede, cuando a la pregunta “y tú a qué te dedicas?”, respondo: “a los aromas”, es que la cara de la persona se ilumina. Enseguida aparece la sonrisa en sus labios, seguida de un “¡Waw! ¡Qué maravilla!”
Soy naturópata, con un especial enfoque al mundo emocional. Mi especialidad es la Psicoaromaterapia fusionada con la Terapia Floral.” Aquí suelo sacar un pequeño botecito (siempre llevo conmigo algunos oleoperfumes) y simplemente al abrirlo, la reacción es siempre la misma: “hmmm ¡que rico! ¿Puedo?” A partir de allí son los propios aromas que empiezan a obrar su “magia” y casi sobran las palabras…
Un aroma, que quiere decir “olor agradable”, es como una llave que de repente encaja a la perfección en alguna cerradura de tu cerebro y abre una puerta. Con tan solo percibir un olor determinado, podemos transportarnos hacia rincones de nuestra psique, que de otra manera son inaccesibles. Nuestro sistema olfativo, que es un sentido químico, es el único que tiene una “línea directa” con el cerebro primitivo: con cada inspiración los olores penetran a través del bulbo olfativo y llegan directamente al sistema límbico: cuna de nuestras emociones, sentimientos, recuerdos y también el inicio de la cadena hormonal. Ese es el mayor secreto, de porque la Aromaterapia es una herramienta tan poderosa y sutil a la vez.
Hay una descripción de la Aromaterapia de Philippe Mailhebiau, un gran profesional francés, que me gusta sobremanera, dice así: “La aromaterapia no es una simple medicina natural y de moda. Es un medio para conseguir equilibrio y desarrollo físico, psíquico y espiritual, y en verdad uno de los más valiosos instrumentos para el mejoramiento de uno mismo, puesto a nuestra disposición por la Naturaleza”.
El principio llamado “ternario aromático” nos dice, que los aceites esenciales -principal herramienta de la Aromaterapia- tienen tres principales campos de acción: materia, energía e información.
Materia, porque los aceites esenciales contienen altísima concentración de principios activos, que actúan a nivel físico, penetrando a través de nuestra piel (vía tópica) o por la ingesta. Pero cuidado! ésta es una vía reservada únicamente a los profesionales cualificados, precisamente por la concentración tan grande de principios activos presentes en cada gota de aceite esencial.
Energía, porque poseen una carga eléctrica determinada, positiva o negativa según el aceite esencial, que tiene un efecto concreto sobre nuestro organismo: bien sedante o bien estimulante.
Información, porque por su conformación espacial y esa conexión directa con el sistema límbico que ya mencioné, tienen un efecto inmediato sobre nuestros estados emocionales y el comportamiento. Cada gota de Aceite Esencial, es un arquetipo encubierto, que con su aroma embellece nuestro corazón y facilita la conexión con el Amor. El trabajo de un Psicoaromaterapeuta no es otro que servir de puente entre la persona y los aceites esenciales. Con adecuado trabajo de acompañamiento, la persona iniciará su propio proceso: un viaje aromático hacia la sanación.
“DE LOS CINCO SENTIDOS, EL OLFATO ES EL QUE NOS DEJA LA MEJOR IMPRESIÓN DE LA ETERNIDAD” SALVADOR DALÍ
Magdalena Szaszkiewicz
Escuela Andalusía de Pensamiento y Arte terapéutico
